La inactividad administrativa representa una grave patología para el Estado de derecho, máxime cuando ha sido cobijada y tolerada por las autoridades en el marco de una comprensión laxa de los deberes de actuación de la administración pública y los mecanismos formales de control como el silencio administrativo. El Estado constitucional contemporáneo se fortalece con la Reforma Constitucional de Derechos Humanos de 2011 y, por ende, resulta inaceptable la relatividad de los fines planteados por la norma en la pasividad de la administración. La obra estudia el fenómeno de la indebida inactividad administrativa desde la teoría del Estado, pero también desde el régimen jurídico de la administración pública a la luz de los cambios constitucionales en materia de derechos humanos. El funcionamiento de la administración pública tiene como centro de referencia la norma y los mecanismos  de control administrativo, entre los que habría que destacar a la justicia administrativa como garante de la posición jurídica del ciudadano. Hoy, las autoridades administrativas ven una renovación y expansión en su esfera de actuación, en gran medida, por el principio de juridicidad que complementa al de legalidad para la protección de los derechos e intereses legítimos del individuo. Estas transformaciones permiten ver el fenómeno de la inactividad administrativa con una postura crítica que promueve la reflexión y el análisis para el fortalecimiento del sistema de protección de los derechos humanos del ciudadano.