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Sin lugar a dudas la mayor riqueza que ofrece cualquier lengua es que gracias a ella nos comunicamos. Pero esta magia se extiende en el tiempo y en el espacio, y se mantiene viva por años… decenas, cientos de años. Así es, una lengua es una entidad viva cuyo crecimiento puede alcanzar a millones de hablantes y rebasar cualquier tipo de frontera. Sin embargo, esta circunstancia tan común en cualquier idioma conlleva determinadas particularidades que caracterizan la forma habitual de comunicación que hay entre diferentes grupos de personas. Y cuando esto ocurre con un idioma tan amplio y rico como el español, las diferencias y peculiaridades entre hablantes distintos pueden ser sorprendentes, incluso al interior de un solo país. Pero lo cotidiano en el manejo de un idioma con frecuencia altera las normas aceptadas, a veces con el éxito suficiente para dar pie a formas nuevas y reconocidas, otras dando lugar a deformaciones perfectamente corregibles, pero de las que no todos los hablantes son conscientes. En esta obra, el autor presenta y revisa algunos usos habituales del español que hablamos en México con el objeto de informar al público lector acerca de lo correcto o no de ciertas expresiones. Brindando innumerables ejemplos de fácil comprensión, el autor examina por igual verbos, preposiciones, sustantivos, conjunciones o frases adverbiales, además de ciertas normas ortográficas, como la acentuación y la puntuación. El texto es un compendio de instrucción, sencillez y claridad que estamos seguros será del agrado del público lector interesado en reflexionar sobre algunos aspectos relacionados con el idioma que habla.