El conocimiento científico o actividad científica es resultado de una práctica o actividad específica que puede denominarse teorización, y la filosofía de la ciencia consiste en un determinado tipo de saber sobre dicha práctica. La filosofía de la ciencia tiene por objeto poner de manifiesto o hacer explícitos los aspectos filosófico-conceptuales de la actividad científica, elucidar conceptos fundamentales de la actividad científica, y reordenar conceptualmente o reconstruir esos sistemas de conceptos producidos por la ciencia que son las teorías científicas. La tarea del filósofo de la ciencia es investigar los principios que rigen esta actividad y lo hacen comprensible. Esta tarea involucra tres dimensiones diferentes, pero complementarias: descriptiva, prescriptiva e interpretativa. La presente obra tiene un carácter programático y pretende esbozar, en líneas generales, un programa para hacer filosofía de la ciencia. Es una propuesta alternativa, dado que hay otras formas de desarrollar esta actividad, formas con una larga y densa tradición, pero que son incompatibles o ajenas a la aquí propuesto: una forma de hacer filosofía de la ciencia más fructífera, flexible y realista, buscando con ello atraer al mayor número de practicantes. El autor, especialista en lógica y filosofía de la ciencia, en este ensayo presenta una visión de cómo cree que hay que realizar la investigación sistemática en la filosofía de la ciencia, considerando que ha crecido el número de profesionales, universidades y países donde se estudia sistemáticamente, pero con enorme desorientación y confusión. Por lo que es necesaria una reflexión metafilosófica sobre lo que se está haciendo o se pretende hacer y, sobre todo, qué camino seguir, con relativa independencia del camino que tomen otros, las páginas de esta obra contiene algunas reflexiones de este tipo, que podrán ser comprendidas por un público amplio, interesado en conocer del desarrollo histórico y temático de esta disciplina.