Los causes ya conocidos no brindan siempre todas las posibilidades expresivas que requiere el artista para comunicar sus pensamientos y emociones. Es entonces que se necesitan definir nuevas formas y métodos. Para Vicente Huidobro, uno de los autores más vanguardistas del siglo XX, el conocimiento íntimo del idioma español fue lo que le permitió ampliar las dimensiones estéticas del lenguaje, con lo que pudo desarrollar plenamente su poema Altazor. De igual manera, Eugenio Ionesco llevó a escena representaciones cuyo absurdo y sinsentido, fuera del teatro convencional, no son más que el reflejo crítico de nuestra realidad cotidiana. La extremada sensibilidad de los creadores puede llevarlos a conflictos insolubles, como a Nicolás Gogol, quien fue incapaz de decidir qué camino debía seguir ante la encrucijada que le planteaban sus dos vocaciones literaria y religiosa , o como al conde de Lautréamont, quien parece haber buscado en la poesía su verdadera identidad. Para otros, la novela y el cuento sirven como marco de reflexión, para definir el papel de la razón y de las pasiones en la vida humana – en el caso de Roger Martin du Gard–, para analizar las consecuencias de la presencia dentro de un país de un grupo de inmortales –estos en los textos de Borges y Switf–, para ejercer una aguda crítica social –como lo hicieron Montesquieu y José Cadalso– o bien para reivindicar el papel de la mujer –según la visión de Pearl S. Buck. Cada uno de estos escritores nos comparte su propia visión del mundo y con ello enriquecen nuestro punto de vista sobre la existencia.