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Desde el psicoanálisis se vislumbra la erótica en su exquisita singularidad, en lo que corresponde a Sacher-Masoch, se recupera la nominación que él mismo hace de su erótica como Übersinnlicher, ultrasensual o hipersensual, a la vez sensual y sensible, erótica que consiste en ser humillado, sobajado, ultrajado, golpeado, pero, luego de todo eso, culminada siempre en momentos de ternura, de amor de éxtasis sexual. Se aborda desde lo que en psicoanálisis se conoce como fábrica de caso/caso en fabricación, fundamental para ello son los testimonios del sujeto, afortunadamente contamos con los testimonios publicados de Sacher-Masoch, particularmente sus dos autobiografías y La Venus de las pieles y El amor de Platón. Se incluye testimonios de sus esposas: Aurora Rümelin, quien tomó el seudónimo Wanda von Sacher-Masoch, y Hulda Meister.