Para brindarle la mejor experiencia posible, este sitio utiliza cookies. El uso de su sitio significa que está de acuerdo con nuestro uso de cookies. Hemos publicado una nueva política de cookies, que deberías necesitar para saber más sobre las cookies que utilizamos.
El objeto de este libro es discutir las principales argumentaciones que sostienen la necesariedad de la democracia interna en los partidos para la viabilidad del régimen democrático. Nuestra propuesta no consiste en presentar un juicio moral respecto de la conveniencia o no de la democracia intrapartidista. Corresponde a los involucrados (dirigentes, candidatos, representantes políticos, afiliados, militantes y electores) de cada partido definir cuál en el mecanismo idóneo para procesar la toma de decisiones partidarias. Lo que se sostiene aquí es que las comunidades de cada partido definen requerimientos de democraticidad interna diferentes, que la universalización de los procedimientos, por tanto, no constituye una estrategia adecuada ni eficiente para dotar al sistema de mejores partidos, que la democraticidad interna de los partidos no constituye una necesidad inherente al régimen democrático y que cuando se impone a los partidos requisitos legales para la democratización de los procedimientos internos, lejos de obtenerse tales resultados se alcanza sólo una simulación institucional abierta a múltiples trampas. La democracia interna es un asunto de los partidos y sólo en la medida en que sus comunidades decidan estructurarse democráticamente será ese un resultado posible, deseable y perdurable. Para demostrarlo se hace una revisión de los sistemas electorales intrapartidarios y se muestra que los mismos, a pesar de las restricciones legales, lejos están de garantizar la democracia en los partidos. La intervención de las instancias jurisdiccionales en nada favorece a la democracia intrapartidista al tiempo que politiza sus decisiones, generando un problema mayor que el de la escasa democraticidad de los partidos.