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A decir de García Máynez, en este libro Schreier trata de fundar la Teoría pura del derecho sobre la fenomenología de Husserl, aunque no se propone llevar a cabo un desarrollo total de la fenomenología jurídica, si no tan sólo aportar una contribución a este empeño reconstructivo, mediante la consecución de algunos resultados que tengan una importancia decisiva para el jurista. La obra está considerada como una de las más interesantes sobre la Teoría fundamental del derecho, entendiéndose por ella como la teoría del a priori del derecho. Parte de ciertos postulados filosóficos y los resultados a los que llega son obtenidos con el auxilio de un procedimiento especial: el método fenomenológico de acuerdo con los principios de dicho método, no se puede señalar a la ciencia del derecho, situándose en un punto de vista metajurídico, un conjunto de normas, sino que por el contrario, hay que ofrecer soluciones específicamente jurídicas, que sea posible someter sin temor a cualquier crítica de carácter jurídico. Pues su valor tendrá que acreditarse en el ámbito del derecho. Se trata aquí a grandes rasgos los contornos de la teoría jurídica formal y no se pretende que las conclusiones alcanzadas sean definitivas, pero, gracias e ellas, la esfera de la validez de los conceptos obtenidos ha sido puesta en claro. Schreier acomete la determinación fenomenológica del a priori formal del derecho y no sólo se propone la obtención de su esencia como objeto ideal, sino que emprende lo que Husserl llama reducción fenomenológica en sentido estricto, sobre el acto jurídico. Es decir, analiza fenomenológicamente el acto puro en el cual el derecho se constituye.
