La cuestión de las fuentes del derecho es importante para la ciencia del derecho o jurisprudencia. Una teoría sobre el derecho no puede considerarse completa si no proporciona una explicación de las fuentes jurídicas, pues en éstas se reúne una multitud de problemas de cuya solución depende en gran medida la virtud explicativa de la doctrina correspondiente. Para Kelsen, las fuentes del derecho se refieren al fundamento de validez de una norma, aunque este término también puede utilizarse para referirse al último fundamento de validez de un sistema jurídico. Así, al referirnos a las fuentes del derecho, aludimos al lugar de donde el derecho procede, es decir, al origen de la norma, o más bien a aquellos actos a los cuales el derecho concede eficacia de creación normativa. Después de hacer un breve análisis de las fuentes históricas y las fuentes reales del derecho, el autor nos lleva al tema central de esta obra: las denominadas fuentes formales del derecho, partiendo de la definición de García Máynez, quien considera que las fuentes formales son los procesos de creación de las normas jurídicas. Señalando además que el problema de las fuentes formales del derecho queda comprendido dentro de lo que en la teoría de Kelsen se denomina la dinámica jurídica, en contraposición con la denominada estática jurídica. Haciendo además una división de las fuentes formales. La relevancia del análisis de las fuentes del derecho está en su vinculación con la validez y aplicación de las normas. Esta obra revisa la legislación como fuente formal, llegando con ello a considerar al proceso constituyente como una de las fuentes formales del derecho, concluyendo con un análisis del proceso jurisdiccional y considerando que la jurisprudencia es, también, una fuente formal del derecho.