Para brindarle la mejor experiencia posible, este sitio utiliza cookies. El uso de su sitio significa que está de acuerdo con nuestro uso de cookies. Hemos publicado una nueva política de cookies, que deberías necesitar para saber más sobre las cookies que utilizamos.
El debate estadounidense sobre el aborto es a un tiempo apasionado e inagotable. Enraizado en creencias hondamente sentidas, parece oponer visiones del mundo irreconciliables entre sí. Las convicciones religiosas según las cuales el feto es una persona, y por lo tanto el aborto un homicidio, colisionan frontalmente con la afirmación categórica de que la vida humana comienza con el nacimiento. Aquellos que consideran que la pobreza global, el cambio climático y la explosión demográfica son los problemas más difíciles a los que la humanidad se enfrenta se muestran incrédulos ante líderes espirituales que recorren el mundo condenando el aborto e incluso la contracepción.