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Este libro es una búsqueda, un retorno a Freud y un intento por desplegar las interrogantes abiertas por Jacques Lacan. Se inserta en el vasto debate sobre el cuerpo, en una época en que la sana distancia entre los contornos imaginarios del cuerpo y su real se acortan, al tiempo en que la espesa malla del tejido simbólico que lo sostiene, se rae y se bruñe. Abre una hendidura en el tiempo en el que no sólo los grandes relatos y paradigmas declinan, sino que se testimonia una ruptura del sujeto y del cuerpo mismo, sin precedentes. En este texto, a pesar de que Freud no tuvo como parte de sus preocupaciones hablar del cuerpo, se encontrarán diversos recorridos y trayectos sobre lo que dijo primero que nadie respecto a éste, no sólo al crear un mapa del trayecto azaroso y accidentado de la pulsión hasta el arribo al más allá del límite del placer, que es la muerte, sino al dar lugar, desde sus primeras publicaciones, al dolor en su poder subjetivante , así como a la certeza de que en la palabra se encuentran las claves del secreto que porta la histeria, es decir, el deseo y el propio inconsciente. Los autores y las autoras dan cuenta, desde distintas vertientes, cómo el cuerpo perdió su biología, su mitología, su sacralidad, para abrirse a la desgarradora experiencia de ser hablado en el tendido de un lazo, hasta entonces inédito, llamado análisis. Como parte de las elaboraciones que aquí se muestran, también hace presencia la erótica, la diferencia sexual, y la erectud humedecida de la palabra, de mirada y de tacto, que Freud tomó para hablar del garante de tal diferencia, para intentar despejar las ecuaciones que dejó, no sin consecuencias para la posición mujer, o bien, para señalar el lugar y función del Padre en la constitución subjetiva, complejo que denominó, para señalar su carácter trágico, de Edipo.