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Las mejores coediciones, las entregas mas rápidas, la mejor atención
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En El mito de la psicoterapia, Szasz amplía e intensifica sus persistentes denuncias contra las curas magnéticas de Mesmer, y los métodos abiertamente represivos del psiquiatra Heinroth y, sobre todo, contra las teorizaciones y aplicaciones psicoanalíticas de Fred. Curiosamente, muestra clara simpatía por las “desviaciones” misticistas de Jung. Sin negar cierta eficacia a los tratamientos psicoterapéuticos, Szasz arremete, incluso el lenguaje virulento, primero en contra de los procedimientos represivos y, segundo, en contra de las pretensiones “científicas” de cualquier método psicoterapéutico. Sus argumentos podrían sintetizarse así: Si no contamos, en rigor epistemológicos, con una ciencia del alma (o psique), ¿cómo pueden darse y recibirse como científicos los diagnósticos y tratamientos terapéuticos en torno a esas vaguedades metafóricas llamadas “enfermedades del alma”? Lo que Szasz exige es que psicólogos, psiquiatras y psicoanalistas reconozcan su parentesco real con chamanes y sacerdotes porque todos ellos buscan lo mismo, “curar el alma” y porque todos ellos utilizan el mismo recurso esencial: el contacto personalizado y la sugestión verbal, en suma, retórica y no técnica, arte y no ciencia.
Referencias Específicas