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Es muy común escuchar que la ciencia es una amenaza para la humanidad, porque en lugar de cumplir con la promesa inicial de traer la felicidad del hombre, se ha convertido en el Frankenstein que acabará por destruir a su propio creador. Por otra parte, hay quienes opinan –los tecnócratas–que las humanidades y el humanismo sólo sirven para frenar el adelanto científico y tecnológico, y por tanto, detienen el progreso de la humanidad. La presente obra afronta las anteriores aberraciones, aportando suficientes elementos para llegar a las siguientes conclusiones: 1.- La ciencia, desde su origen, es la única fuente de verdades que da al hombre la certeza para transformar la realidad y ponerla a su servicio. 2.- Las humanidades, como conocimiento multidisciplinario del hombre, no serían posibles sin el sustento de los últimos resultados de las investigaciones científicas, tecnológicas y de la cultura en general. Por eso sería absurdo aceptar que las ciencias y las humanidades son dos aspectos antagónicos del pensamiento humano. 3.- el humanismo es una actitud consciente alimentada por las humanidades, lo cual le otorga un carácter libre de fanatismos, prácticas discriminatorias, racistas y de otros prejuicios que impiden la sana convivencia entre los hombres.