La sexualidad ha sido de gran interés desde tiempos bíblicos y en nuestros días uno de los problemas psicosociales más presentes entre la población joven. En las distintas culturas la sexualidad ha sido sometida a diferentes reglas, prohibiciones y tabúes que, por muchos siglos, no permitieron hablar abiertamente de ella. En nuestro contexto, no podemos proclamar la victoria sobre la libertad de expresión en lo relativo a la conducta sexual y, menos aún, sobre la educación sexual. Sin embargo, falta mucho para poder decir que en el siglo XXI estamos mejor preparados, si existiera realmente una buena educación en la materia, en el núcleo familiar y escolar, no habría tantos problemas relativos a este tema. De allí que en este libro se aborden ampliamente aspectos relacionados con la sexualidad de los jóvenes, lo que saben de sí mismos y lo que implica la vida en pareja. Para nadie es desconocido que el ejercicio de la sexualidad en la juventud conlleva el riesgo de embarazos no deseados, renglón en el que Coahuila ocupa uno de los primeros lugares a nivel nacional; jóvenes que no han terminado, en muchos casos, la educación básica y la consecuente depauperación de oportunidades y de calidad de vida en un mundo cada día más competitivo. Aunado a lo anterior, el riesgo de adquirir infecciones de transmisión sexual es una realidad, en donde el VIH-SIDA debe ser una preocupación constante en materia de salud pública. Esta obra ofrece una visión amplia de la dinámica de las interacciones vinculadas a la sexualidad desde los distintos enfoques teóricos, desarrolladas a lo largo del tiempo; incluso, desde el periodo de formación científica; presenta una síntesis de trabajo de investigación realizada por la autora desde hace más de diez años. El lector descubrirá como los jóvenes entre 12 y 19 años practican su sexualidad y también cuáles son los factores de riesgo y factores protectores del comportamiento sexual. La autora realizó un arduo trabajo de investigación, con muestras amplias de población abierta, suficiente para señalarnos que no todo lo que pensábamos que se desempeñaba como factor protector sigue cumpliendo esa función.