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El desarrollo de la comunicación política como disciplina ofrece explicaciones contrapuestas en torno a un asunto que se ha configurado como una constante en el debate académico, el grado de responsabilidad de los medios de comunicación en la cristalización de la desafección política. Por un lado, encontramos autores que culpan a los medios de comunicación de haber “narcotizado” a los ciudadanos, los cuales son políticamente cada vez menos participativos y se interesan menos por los asuntos públicos, es decir, son demócratas desafectos. Por otro lado, una corriente más reciente de análisis asegura que la evidencia empírica apunta en la dirección contraria. Tomando como punto de referencia el marco descrito, este libro ofrece una exploración empírica de esta relación en el caso español y los países de su entorno europeo, combinando técnicas de investigación cualitativa y cuantitativa. Las conclusiones apuntan a que en realidad, la exposición mediática no se vincula a los indicadores de la desafección manejados, sino más bien lo contario. Además, la intensidad de las interacciones halladas depende también del soporte mediático de referencia, de la dimensión de la desafección concreta, del tipo de contenido en cuestión y el caso de estudio específico”.