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En el panorama del pensamiento contemporáneo, el pragmatismo de Richard Rorty constituye una teoría política sumamente relevante, prolija y completa sobre numerosas inquietudes y problemáticas sociales y políticas. Rorty se presenta como un pensador atrevido y perspicaz, comprometido con el debate público y político del momento presente. Sus propuestas pragmáticas llevan implícita una actitud provocadora e irónica, que ayuda a mantener vivo y activo el debate intelectual y académico sobre las grandes cuestiones que nos preocupan, como democracia, justicia, derechos humanos, etnocentrismo, liberalismo político, literatura y filosofía política. En este sentido, Rorty se erige a sí mismo como el gran intelectual del disenso, un revolucionario irónico y revulsivo, atacado con igual fuerza, tanto por la izquierda política como por la derecha conservadora. Su pragmatismo político busca ampliar la democracia prescindiendo de todo intento fundacional. Su liberalismo político consiste en un humanismo pragmático no funcional, que busca una multitud de prácticas y movimientos sociales y políticos para la ampliación de la inclusión social, la solidaridad y la libertad. En una coyuntura política y social como la actual, caracterizada por el rechazo de la democracia con un grave déficit y crisis de legitimación social e institucional, el pragmatismo político rortyano nos ayuda a comprender cómo conseguir una mayor adhesión y unión social en torno a un proyecto común de sociedad. Los valores democráticos pueden extenderse si conseguimos ampliar y desarrollar los sentimientos de solidaridad, justicia e inclusión social.