En La gaya ciencia, obra filosófica escrita en prosa y en verso, redactada en forma de aforismos y publicada en 1882. Nietzshe mezcla profundidad, maldad y ternura. Está considerada por el autor como el sentimiento de la victoria espiritual contra la tiranía del mal, conseguida aceptando la vida sin rechazar el dolor. En sus páginas se intuye ya los temas centrales de sus obras: el eterno retorno, la muerte de Dios, el superhombre y la voluntad de poder que más tarde desarrollará en Así habló Zaratustra, considerado como el libro más importante de cuantos escribió. Es un libro lleno de regocijo, júbilo ya alegría, aunque con expresiones venidas del dolor. Nos sitúa en el umbral del pensamiento nietzscheano, pues aún está armando lo que constituirá la peculiaridad de su obra. Ya había recorrido el profundo valle del que injustamente se ha considerado era su profeta: el nihilismo, tan estrechamente ligado a la creencia positivista de la ciencia y a la creencia metafísica del cristianismo. Por ello, en esta obra ambos constituirán el blanco de su lucha contra el desdoblamiento del mundo, contra “toda metafísica y física que supone un final… todo anhelo predominantemente estético o religioso en un mundo aparte, un más allá. La gaya ciencia conducirá a la humanidad hacia un nuevo destino, poniendo a sus lectores en situación de comprender y asimilar su mensaje, acompañándolo hasta las más elevadas alturas. El título se refiere a la poesía de los trovadores provenzales, llamada gaya ciencia, gay saber, como síntesis de canto, caballería y espíritu liberal. El gay saber aspira a ser ese saber provenzal, no recargado de metafísica, capaz de una profundidad y una penetración trágica. En algunos textos se le nombra no La gaya ciencia sino El gay saber.