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Claudio Martyniuk Abogado, escritor y periodista. Enseña Filosofía de la Ciencia y Filosofía del Derecho en la Universidad de Buenos Aires, donde obtuvo su doctorado. Es autor de los libros Positivismo, hermenéutica y teoría de los sistemas. Tres posiciones epistemológicas en las ciencias sociales (1994), Esma. Fenomenología de la desaparición (2004). Una cosa le parecía insoportable a Cesare Pavese: no sentirse ya el principio. ¿Y cuál es el principio? Comienza la poesía cuando un pescador dice del mar: Parece aceite. Comienza con el placer de haber descubierto la semejanza, el cosquilleo de una misteriosa relación, la necesidad de gritarla. En los relatos jurídicos ocurre otro tanto. Empezada la ley, hay que componer una interminable zaga de juicios de asimilación que consta de trazos descriptivos, prescriptivos, miméticos (sentimientos), de pensamiento (lógica) y de relaciones imprecisas que tejen la unidad (narración) y que permiten la continuación del tejido con los mismos pedazos. Las normas, contemplación inquieta de las conductas, se hallan abiertas al temblor, al sufrimiento, la sensibilidad, la persuasión de la razón y la esperanza. La poesía y las normas quedan, entonces, como espiritualizaciones de escenas vividas. Así, en Sobre la norma del gusto, la normatividad del arte la narración de la justicia, la poesía y también la narrativa, el cine y la música muestran rasgos normativos y vocaciones de saber y de apropiación del mundo, exponen el deseo de realizar ideales intuitivos, utópicos y ayudan a pensar el fenómeno jurídico.