Para brindarle la mejor experiencia posible, este sitio utiliza cookies. El uso de su sitio significa que está de acuerdo con nuestro uso de cookies. Hemos publicado una nueva política de cookies, que deberías necesitar para saber más sobre las cookies que utilizamos.
Durante la época colonial novohispana el Tribunal del Santo Oficio o Inquisición persiguió a las mujeres que fueron acusadas de ser brujas y a los hombres que habían realizado un pacto con el Diablo. El mundo mágico del Diablo y las brujas fueron conceptos e ideas que los españoles trajeron a las nuevas tierras conquistadas durante el siglo XVI, éstos eran parte del mal desde la concepción cristiana, la que se conjugó con los antiguos dioses mesoamericanos que también así fueron asimilados. Los archivos de los procesos inquisitoriales realizados en la Nueva España, entre el siglo XVI y principios del XIX, están resguardados en el Archivo General de la Nación, ubicado en el antiguo Palacio Negro de Lecumberri, en la Ciudad de México. Este trabajo se construyó a partir de estos procesos inquisitoriales, los cuales muestran un mundo mágico en donde las brujas volaban durante la noche para encontrarse con el Diablo y conseguir sus ungüentos con los que hacían maleficios y se volvían irresistibles.