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Se examina la concepción del derecho humano de acceso al agua como un derecho universal, para que todo ser humano tenga acceso al vital líquido en cantidad y calidad adecuadas, para satisfacer todas sus necesidades de techo, comida, actividades productivas y de salud. Lo anterior debe estar garantizado por cualquier Estado del mundo, a través de prestaciones como el proveer del vital líquido, tener las políticas públicas dirigidas a la construcción de obras que lo distribuyan y evitar cualquier conducta que limite el acceso al oro azul, sin ninguna causa que lo justifique. Posteriormente, se relaciona con los llamados tribunales de consciencia, como el Tribunal Latinoamericano del Agua; luego, se analizan los diversos factores de la gestión del agua y los compromisos regionales que debe asumir América Latina para realizar las inversiones necesarias para la correcta distribución del recurso natural mencionado, sin soslayar el estudio del marco jurídico hídrico nacional.