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En los ensayos que integran este libro encontraremos situaciones que cuestionan la integridad moral, ética y cívica del abogado, las cuales nos hablarán sobre el comportamiento y las acciones que aquél habría de tomar al enfrentarse a eventos como las injusticias, además de proponer cómo debe de cultivarse, sentirse y experimentar la justicia. El alma de toga aproxima al abogado a la raíz humana de su profesión. “Lo que al abogado importa no es saber derecho, sino conocer la vida. El derecho positivo esta en los libros. Se buscan, se estudian, y en paz. Quien tenga previsión, serenidad, amplitud de miras y de sentimientos para advertirlo, será abogado, quien no tenga más inspiración ni más guía que las leyes, será un desaventurado…” Lejos de las leyes, las materias y las características de un egresado en derecho, hay otros aspectos esenciales para quien ejerce la abogacía. La parte invisible y sustancial del abogado es lo que puede hacerlo bueno o malo en su profesión. “la falta de lectura que excite la imaginación, amplíe el horizonte ideal y mantenga viva la renovada flexibilidad del lenguaje acaba por dejar al abogado muerto en sus partes más nobles…”