Esta novela neocolonial, estructurada en dos tiempos y doce horas del reloj, es el primer ejemplar de la corriente conocida en la literatura mexicana como “Nynovela”, perteneciente a la proserita generación del Click –que busca conciliar e ir más allá del Boom y el Crack–. Este simbólico texto cuenta dos historias que suceden en momentos distintos en el tiempo, pero cuyos personajes se intuyen, se buscan y con ello intentan cambiar su propia historia, encontrar un nuevo sentido en la época en la cual viven y hacernos reflexionar sobre nuestro devenir. El propósito del Conde de los Olivos, visitador secreto del emperador español Carlos II, “el hechizado”. Es realizar una peregrinación a las zonas inexploradas de la California y encontrar el camino de la mítica Aztlán y el legendario claustro que una rama rebelde de la comunidad jesuita ha fundado en secreto. Por otra parte, en el siglo XXI, acompañamos en su viaje al escritor adicto y autodidacta Junkey, quien encontrará a su ciudad destruida por el general Braggs, el cual regresa de vencer a Europa y a Estados Unidos. A Olivos, su criado Gasco y a Junkey los une el amor a una mujer –La virreina– que parecen ser tres distintas pero es una sola y verdadera, y como Gasco nos dice: “es tal vez todas las mujeres del mundo”. Luego de encuentros con peculiares fantasmas y un mundo indígena que parecía haber sido censurado por los españoles, los personajes llegarán al claustro prohibido, al lugar de las siete cuevas. Ahí transitarán por una vía subterránea, al encuentro con un mundo en que los dioses antiguos se presentan enmascarados y hay juicios clandestinos y extraños de la Santa Inquisición, en el lugar en que se pierden los nombres y se entra al anonimato, al sinsentido y encuentro inesperado de los tiempos. El viaje excéntrico del Conde Olivos es también una novela sobre los extraños caminos de la guerra, de la fama fatua, del poder y sus egoísmos, de la discriminación de la incomunicación, y de nuestro mundo alienado en el que simplemente andamos, buscando un sentido lógico a pesar de lo mágico que nos envuelve. Tal vez la clave de interpretación que se promete para el 2012 en el Manifiesto al final del libro, sea la única llave verdadera para comprender realmente este curioso códice contemporáneo y a su vez, a la realidad misma, que se escurre al ritmo de la Danza de las Horas.