Esta novela es una de las obras cumbres de Tolstói, por el argumento de la obra, aparentemente simple, que permite al autor rastrear en lo más profundo de la psique y la conciencia de su protagonista. Se trata de un hombre que intempestivamente sabe que va a morir a causa de un accidente que lo deja inmovilizado; su estado empeora inexorablemente, conduciéndolo poco a poco al encuentro con la muerte, dándose cuenta que no está preparado para ese trance y piensa que su vida ha sido árida, vacía y carente de toda significación. En el transcurso de la vida hacia la muerte, este hombre a quien sus días han transcurrido en la solemne rutina del desempeño de sus funciones como juez, llevando una vida «como debe ser» hasta el accidente, comienza a sentir lástima el, pero también se da cuenta de la indiferencia de la gente, incluso de su propia familia. Esta historia también es un examen de la naturaleza de la vida y de la muerte, y cómo el hombre llega a comprenderse con la inevitabilidad de la muerte. Es reflejo de lo misteriosa que resultaba la muerte para Tolstói.  El argumento gira en torno a Iván Ilich, un pequeño burócrata que fue educado con las convicciones de poder alcanzar un puesto dentro del gobierno. Poco a poco sus ideales se van cumpliendo, pero se dará cuenta que no ha servido de nada dicho esfuerzo, a punto de llegar a la posición deseada, se encontrará –en medio de un ambiente burgués de hipócrita mezquindad, con el culto a la conveniencia, la mentira y el egoísmo– con el dilema de descifrar el significado de tanto sacrificio, y de valorar también el malestar reinante en el pequeño entorno familiar que ha construido. Es una obra maestra de la indolencia humana, vista por Iván que se niega a morir, gritando «¡No quiero!», pero que es perseguido por el fantasma de la muerte, y que sólo recibe ayuda real de un sirviente sencillo y siempre sereno. La narración permitirá al lector hacer una reflexión sobre el verdadero valor de la vida, porque es una despiadada condena contra toda una clase y género de vida, buscando cambiar el yo egoísta por la solidaridad humana, la caridad y el amor.