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Suele decirse que la democracia es un procedimiento para la toma de decisiones, la cual debe cumplir una serie de requisitos y que persigue cierto conjunto de valores. Eso significa, en otros términos, que la democracia es un determinado tipo de juego que, al igual que sucede con cualquier otro, debe cumplir ciertas reglas, que a su vez presuponen una serie de condiciones de fondo, sin las cuales no cumplirán sus objetivos. Sin ellas, el juego no podría jugarse con provecho. Los artículos recogidos en este volumen ofrecen un recorrido sobre algunas de las condiciones que han de darse para que el campo de juego, sobre el que se desarrolla el proceso democrático, tenga las características oportunas. Son condiciones complejas, en las que intervienen múltiples factores: que las instituciones sean representativas, que se respete el principio de separación de poderes, que la esfera pública sea abierta e inclusiva, que exista transparencia y confianza. El análisis de estos elementos, y de su incidencia en los procesos de democratización, obliga a establecer distinciones entre cuestiones conceptuales, factores institucionales y culturales, así como compromisos de carácter estrictamente ideológico. Pero obliga, al mismo tiempo, a no perder de vista las conexiones e interferencias que inevitablemente se dan entre sí.
